El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost Martínez ha sido elegido como el 267 Pontífice y se convierte en el primer estadounidense y el primer agustino en ser nombrado Papa en la historia de la Iglesia Católica.

 

También tiene la nacionalidad peruana y cuenta con ascendencia española.

El discurso completo del Leon XIV frente a la plaza de San Pedro

 

La paz sea con todos ustedes.

 

Queridos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo resucitado, el Buen Pastor que ha dado la vida por el rebaño de Dios.

 

También yo quisiera que este saludo de paz llegue hasta sus corazones, que alcance a sus familias, a todas las personas, donde sea que se encuentren, a todos los pueblos, a toda la tierra.

 

La paz esté con ustedes.

 

Esta es la paz de Cristo resucitado, una paz desarmada, desarmarte y también perseverante, que proviene de Dios, que nos ama a todos incondicionalmente. Todavía conservamos en nuestros oídos esa voz débil, pero siempre valiente, del Papa Francisco que bendecía a Roma.

 

El Papa que bendecía a Roma también daba al mundo entero esa mañana del día de Pascua. Permítanme dar continuidad a esa misma bendición: que Dios los quiere mucho, Dios ama a todos y el mal no prevalecerá. Estamos todos en las manos de Dios.

 

Por lo tanto, sin miedo, unidos, mano a mano con Dios y entre nosotros, andemos adelante. Seamos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo necesita de su luz; la humanidad necesita de Él como el puente para ser alcanzada por el amor de Dios. Ayudémonos los unos a los otros a construir puentes con el diálogo, el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo, siempre en paz.

 

Gracias al Papa Francisco.

 

Quisiera agradecer a todos los hermanos cardenales que me han elegido para ser el sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes como Iglesia unida, buscando siempre la paz, la justicia, trabajando como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio y ser misioneros.

 

Soy un hijo de San Agustín, agustino, que ha dicho: "Con ustedes soy cristiano y para ustedes, obispo". En este sentido, podemos todos caminar juntos hacia esa patria que Dios nos ha preparado.

 

A la Iglesia de Roma, un saludo especial.

 

Tenemos que buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye puentes de diálogo, siempre dispuesta y abierta a recibir, como esta plaza, con los brazos abiertos a todos. A todos los que tienen necesidad de nuestra caridad, de nuestra presencia, de diálogo y amor.

 

Y si me permiten, también una palabra, un saludo, de modo particular para todos aquellos de mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto, para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo.

 

A todos ustedes, hermanos y hermanas, de Roma, de Italia y de todo el mundo. Queremos una Iglesia sinodal, que camine, que busque siempre la paz, que busque siempre la caridad, estar cerca de quienes sufren.

 

Hoy, en el día de la Virgen de Pompeya, nuestra Madre María quiere caminar siempre con nosotros, estar cerca de nosotros, ayudarnos con su intercesión y su amor.

 

Ahora quisiera rezar junto a ustedes por esta nueva misión, por toda la Iglesia, por la paz del mundo. Pidamos esta gracia especial de María, nuestra Madre.                                                                                                               

HA MUERTO SU SANTIDAD EL PAPA FRANCISCO

TRAS DOCE AÑOS DE PAPADO FALLECE EN ROMA SU SANTIDAD JORGE MARIO BERGOGLIO

 

266º SUMO PONTIFICE DE LA IGLESIA CATOLICA

 

D.E.P.

Ultima homilía del Papa Francisco

 "Puedes tener defectos, estar ansioso y vivir enojado a veces, pero no olvides que tu vida es la empresa más grande del mundo. Sólo tú puedes evitar que se vaya cuesta abajo. Muchos te aprecian, admiran y aman.  Si repensabas que ser feliz es no tener un cielo sin tormenta, un camino sin accidentes, trabajar sin cansancio, relaciones sin desengaños, estabas equivocado.

Ser feliz no es sólo disfrutar de la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza. 

No sólo es celebrar los éxitos, sino aprender lecciones de los fracasos. 

No es sólo sentirse feliz con los aplausos, sino ser feliz en el anonimato.  

La vida vale la pena vivirla, a pesar de todos los desafíos, malentendidos, periodos de crisis. Ser feliz no es un destino del destino, sino un logro para quien logra viajar dentro de sí mismo. Ser feliz es dejar de sentirse víctima de los problemas y convertirse en el autor de la propia historia, atraviesas desiertos fuera de ti, pero logras encontrar un oasis en el fondo de vuestra  alma. 

Ser feliz es dar gracias por cada mañana, por el milagro de la vida.  Ser feliz es no tener miedo de tus propios sentimientos.  Es saber hablar de ti.  Es tener el coraje de escuchar un "no".  Es sentirse seguro al recibir una crítica, aunque sea injusta.  Es besar a los niños, mimar a los padres, vivir momentos poéticos con los amigos, incluso cuando nos lastiman.  

Ser feliz es dejar vivir a la criatura que vive en cada uno de nosotros, libre, feliz y sencilla.  Es tener la madurez para poder decir: "Me equivoqué".  Es tener el valor de decir: "perdón".  Significa tener la sensibilidad para decir: "Te necesito".  Significa tener la capacidad de decir "te amo".  

Que tu vida se convierta en un jardín de oportunidades para ser feliz... 

Que tu primavera sea amante de la alegría.  Que seas un amante de la sabiduría en tus inviernos.  

Y cuando te equivoques, empieza de nuevo desde el principio.  Sólo entonces te apasionará la vida.  Descubrirás que ser feliz no es tener una vida perfecta.

Pero el uso de las lágrimas es para regar la tolerancia.  Utiliza las pérdidas para entrenar la paciencia.  Usa errores para esculpir la serenidad.  Usa el dolor para pulir el placer.  Usa obstáculos para abrir ventanas de inteligencia.  

Nunca te rindas ... Nunca te rindas con las personas que te aman.  Nunca renuncies a la felicidad, porque la vida es un espectáculo increíble ”.

 

Felices Pascuas

 

            

COMBATIR Y CONSTRUIR

 

 «Una mano para combatir y una mano para construir»

«La crisis de la Iglesia es, sobre todo, de vocaciones, de entrega.

Ha llegado nuestra hora, laicos firmes y decididos, católicos, que en estos años nos hemos comprometido en dar razón de su fe y afirmar lo que ha enseñado la Iglesia durante dos mil años».

Tenemos por delante un trabajo de construcción, de recuperación del Magisterio de la Iglesia, de las razones de las verdades reveladas, de relatar las historias y los acontecimientos que manifiestan la belleza de vivir la novedad de Cristo. 

Pobres Caballeros de Cristo, nuestras almas están llamadas a hacer frente a los enemigos de Dios y ser custodios de nuestra civilización cristiana. 

Adelante no estáis solos.

 

Gerardo Francisco Fraile y Pérez-Cuadrado
Maestre OPCC

Detalle del Beauseant de la OPCC


CINTA O CORBATA DE LA BANDERA DE ESPAÑA

LLAMADA

 

Cuando te llegue ese instante, sentirás y te sorprenderá la fuerza de la llamada de Dios en tu alma, que despertara en tu corazón un deseo de entrega, de dar la vida, de seguir a Cristo con pasión, que moverá fuerzas interiores que antes desconocías.

 

Servirle como Pobre Caballero de Cristo hará que rompamos los moldes y los prejuicios que nos encadenan.

 

Los  hermanos de la antigua Orden, denominada vulgarmente como  los "Templarios", fueron llamados a una entrega total, a dar la vida siguiendo la Cruz, a vivir al borde del abismo y ellos lo siguieron sin dudar.

 

Nos impresiona su amor y desprendimiento, que como religiosos y guerreros consagraron su vida a Dios por entero rompiendo con el camino que seguían hasta conocer su llamada renunciando a otras vidas, a otros caminos, a otros amores.

 

Fueron elegidos de entre los mejores hombres y se alistaron junto a Jesús en la Orden.

 

Rompiendo la lógica que seguían sus pasos hasta ese momento, dejándolo todo para estar más libres y correr tras Él.

 

Sorprendentemente permanecieron fieles en medio del desierto, aferrados al fuego de un amor que no conoce límites y que nunca se ha extinguido.

 

 ¿Cómo es posible una vocación tan extraña en este mundo actual que nos marca las tendencias a seguir y los únicos caminos posibles?

 

 ¿Qué sentido tiene ser un Pobre Caballero de Cristo en un mundo que vive de espaldas a Dios consagrado a lo más humano?

 

¿Es posible mantener nuestros tres votos en este mundo tan superficial?

 

Es evidente que esta llamada es una nota disonante en el concierto de la vida, un extraño grito que el ruido del mundo intenta ahogar.

 

Sigue siendo difícil creer en una vocación para siempre, en un sí fiel en medio de tantas infidelidades y caídas, cuando el honor parece algo del pasado.

 

 ¿Para qué sirve un Pobre Caballero de Cristo en este mundo que no lo necesita?

 

Nuestra Orden no es exactamente como la gente piensa o desea, y es porque a veces se quedan en la superficie de las cosas, en la pobre apariencia. 

 

Se centran en la forma de escribir, de hablar, en nuestros talentos humanos.

En lo moderno o anticuado que somos en la forma de actuar.

En si nos gusta el mundo poco, nada o tal vez demasiado.

En si somos muy espirituales o muy de la tierra, muy elevados o muy del mundo.

 

Y eligen como en un mercado alguna autodenominada "orden” que creen más carismática o para saciar su sed “templaría”, que no religiosa.

 

Aunque intentemos trasmitir mejor, escuchar siempre o ser amables, ser un Caballero, como un padre, y no claudicar ante nada y ante nadie, seremos sometidos a un juicio riguroso, cada día, y si no cumplimos sus expectativas y creen que le hemos fallado, se sentirán defraudados y se alejarán buscando a otro, nos condenaran con su silencio, o con su juicio expresó,... el mercado sigue siendo amplio.

 

Por lo que debemos recordar que estar en la Orden no es en absoluto para ser admirados y seguidos por muchos por nuestro carisma, como si el éxito en todas nuestras empresas fuera a hacerlo todo.

 

Debemos de decirles que nuestra vida sin Él carece de sentido.

 

Cuando nació la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo (OPCC) teníamos claro que nuestra razón de ser solo sería posible si poníamos todo de nuestra parte intentando cambiar la parte del mundo que nos tocaba con esfuerzo y alegría, con la ayuda De Dios.

 

Un “templario” sin Él es algo vacío.

 

¿Para qué sirve hoy un Pobre Caballero de Cristo?

 

Nos preguntan y debemos preguntarnos.

 

Y solo podremos responder con humildad para que puedan ver esa luz que no es nuestra, que brilla en medio de la tormenta, la de Jesús en nuestra alma, que nos llama y nos pide lo imposible.

 

Gerardo Francisco Fraile y Pérez-Cuadrado

 Maestre